Hijo mío,
tan frágil parecías ser
Los días
se pasaban y cada vez más tu lugar Lograbas
A cada
palabra una alegría, a cada sonrisa la Felicidad invadía
Hice de mi hombro tu desahogar
Me
convertí en la luz para tu despertar
Hoy
caminas con tus propios pasos
Sigues
construyendo tus propios caminos
Que mis
ojos no te vean partir
Que en mi
corazón la nostalgia no me cause daño Sin fin
Que yo
tenga la honra
De por tus manos mi destino Seguir